Cuando el disco está centrado en su sito, el abrir y cerrar la boca es indoloro, no se escuchan ruidos tipo “click” y la boca se mueve de una forma rectilínea.
En la luxación de disco sin reducción, el disco se desencaja de su posición y por él mismo no se puede recolocar al cerrar la boca.
El paciente nota un dolor en la mandíbula al abrir grande la boca, y esta apertura está limitada. Además la boca se desvía al abrir. En el pasado el paciente escuchó “click” al abrir y cerrar (sufrió luxación de disco con reducción).
Comer bocadillos o abrir grande es muy doloroso o imposible.
La luxación de disco sin reducción suele tener un buen pronóstico sin necesidad de precisar cirugía u otras intervenciones en quirófano. Puede ser necesario el empleo de la férula de reposicionamiento hecha por el odontólogo.